¡Casualidad no es!

Alejandro Ortiz | Boricua Herald

La historia se volvió a repetir. Puerto Rico se encuentra nuevamente en una huelga parte de la violencia política de los micro-movimientos izquierdosos revolucionarios. Por más de cuarenta días extraños y revoltosos ajenos a la Universidad de Puerto Rico han tenido de rehén al principal centro docente del país utilizando a sus estudiantes como marionetas, parapetos y fichas de un juego en contra del Gobernador de todos los puertorriqueños, Luis Fortuño.

La primera huelga universitaria grande se da para marzo de 1970. Los movimientos izquierdistas se oponían a la presencia del ROTC en el campus de Río Piedras. Los actos criminales violentos no se hicieron esperar por miembros de la FUPI y de los grupitos revoltosos seguidores de los grandes pseudo-patriotas terroristas Pedro Albizu Campos y Filiberto Ojeda Ríos. A los que la vivieron, ¿se acuerdan de la bofetá que le dio Carmen Noelia López al Presidente de la UPR, Jaime Benítez, en plena graduación? Estos actos no se podían permitir que continuaran. Para dar fin a esta situación, el Gobernador Luis A. Ferré ordenó la entrada de la Fuerza de Choque al campus a lo cual los manifestantes respondieron con más crimen y violencia. La Universidad de Puerto Rico vivió una de sus historias más tristes con varias muertes y cientos de heridos. Oigan, Luis Ferré era gobernador y más estadista y de derecha que Ferré, nadie.

Para septiembre de 1981, comienza una huelga que duraría cinco meses. Esta vez los revoltosos protestaban por un alza en los costos de matrícula. Nuevamente la FUPI y los movimientos independentistas izquierdosos entran en acción al “rescate” de la patria. La violencia que promovieron dejó cientos de heridos cuando los agentes de la Fuerza de Choque proceden a intervenir para apaciguar la multitud y restablecer el orden. Que curiosidad, Carlos Romero Barceló era el segundo gobernador estadista y comenzaba su segundo término en la Fortaleza. Mientras Rafael “Cuchín” Hernández Colón fue gobernador nadie se atrevió a decir ni esta boca es mía en contra de un gobierno que sangró al pueblo trabajador con más impuestos.

Para el 1998 todos recordamos las imágenes de la huelga de la Telefónica. Por mucho que protestaron y mucho que fastidiaron, se tuvo que vender y mejor decisión no se pudo haber hecho. Ahora mismo el teléfono convencional está casi totalmente desplazado por el celular y el internet. Al igual que en todas las veces anteriores, los micro-movimientos izquierdosos revolucionarios hicieron lo propio en revolcar y crear una huelga que nada productivo le trajo a nuestro pueblo mas que memorias amargas de violencia y sangre provocada por la actitud retante y desordenada de los mismos manifestantes. Qué cosa más interesante, el Dr. Pedro Rosselló era gobernador durante su segundo término después de 8 largos años de la segunda administración de “Cuchín”. ¿Por qué nadie se quejó de la vampirita y el refrescazo?

Llegamos al día de hoy. Desde abril la Universidad de Puerto Rico está ocupada, vandalizada y clausurada por los mismos grupos de revoltosos que por años han perturbado la tranquilidad del pueblo puertorriqueño. Los grupitos de extrema izquierda, socialistas y comunistas, mantienen de rehén a la UPR porque los mismos estudiantes miembros de estos grupitos le entregaron la autoridad sobre los portones con bombos y platillos entonando el “Verde Luz”. Es una traición a la Universidad y le tienen que responder al pueblo puertorriqueño sobre los actos infames que han cometido junto a estos patriotas de pacotilla. Ah, estimado lector, no se olvide del detalle más importante. Nuestro gobernador actualmente es Luis Fortuño, cuarto estadista en ocupar la Fortaleza. Y le hago la pregunta que tiene que contestar, ¿le hicieron huelga a Sila “La Linda” Calderón o a Aníbal “El Alacrán” Acevedo Vilá durante sus 8 años de desastre en el gobierno? ¿No le subieron los impuestos con el bendito 6.6%, el crédito de la Universidad en el 2005 y desmadraron las fianzas del gobierno? ¿Por qué nadie dijo ni “ji”?

Como pueden concluir de este recorrido, cada vez que un gobierno estadista es electo, los revoltosos revuelcan a sus especies en peligro de extinción. Representan menos del 5% de la población pero gritan, pataletean y se les permite que hagan y deshagan como si fueran el 60%. Las cosas no cambiarán hasta que el “ay bendito” del boricua se elimine y se imponga la ley y el orden en este país. Las minorías tienen el derecho a expresarse pero no tienen bajo concepto alguno el derecho a entorpecer el progreso del país ni a imponer sus criterios sobre aquellas personas que creen en el respeto mutuo y la protección de los derechos de todos, no solo de los que cantan “Verde Luz” con el puño alzado. Al que viole la ley que vaya preso y al que la respete, que se dé a respetar alzando su voz de protesta en contra de estos micro-movimientos izquierdosos revolucionarios. ¡Casualidad no es! ¡Digámosle basta ya!